Embarazadas

Embarazadas

viernes, 14 de febrero de 2014

5° audiencia

En la audiencia del viernes 14 de febrero de 2014 se escucharon cinco declaraciones.

En primer lugar declaró Miguel Ángel Bellomo, quien se desempeñó en la Comisaría 8va de La Plata durante el año 1977. El testigo aportó datos sobre la vinculación de esta dependencia con el circuito clandestino y su relación con La Cacha.
Indicó que en aquella comisaría pudo ver detenidos por razones políticas y aclaró que los presos comunes eran llevados a una comisaría dependiente de ésta. Reconoció además que personas que habían estado secuestradas en La Cacha eran llevadas a la Comisaría 8va. Fue ayudante de guardia y como tal supo que existía un registro oficial en el libro de detenidos y otro registro paralelo.
En cuanto al personal que trasladaba a los secuestrados, indicó que se trataba de personal policial, militar, correccional, en general vestidos de civil. Señaló además que existía cierto vínculo con inteligencia del Ejército a través de un oficial, el Teniente Primero Del Río.
Agregó que su prima, secuestrada en otra provincia, aparecía registrada en aquella dependencia junto a Daniel Talerico y otras dos mujeres; todos habían estado en La Cacha.
Durante su declaración se intentó hacer un reconocimiento fotográfico que debió ser interrumpido para preservar la salud del testigo.

A continuación declaró María Laura Bretal, quien permaneció secuestrada en La Cacha en 1978.
María Laura militaba en el PCML y trabajaba en un colegio. Fue secuestrada en mayo de 1978 por personas de civil, disfrazadas, quienes la condujeron a La Cacha. En ese momento estaba embarazada.
Se refirió detalladamente a las características del lugar, la distribución de las habitaciones y los secuestrados ubicados en cada sector. Junto con Inés Paleo pudieron reconstruir el plano del lugar, demolido en 1982 por orden de Julio Barroso.
Indicó además que quienes la interrogaron en La Cacha tenían pleno acceso al archivo y fotos del personal docente de su escuela, ya que las mismas se encontraban en donde estaba secuestrada.
Entre los interrogadores y guardias recordó a Marpla, Tarzán, Pablo, Villa, Romo, Palito, Pájaro Loco, Sabino, Don Ricardo, Don Otto, Roberto, Eduardo, Kojac, Garrote, El Gordo Costa o Acosta, Gustavo, El Oso.
Entre las personas secuestradas mencionó a Inés Paleo, Laura Carlotto, Patricia Valera, Carlos Lahite, Raúl Bonafini, Alejandro Gutiérrez, Alcira Ríos, Luis Córdoba, Carlos Yunk, María Cristina García, Lucía Swica, Jorge Caravelos.
Indicó que las embarazadas permanecían en la zona de abajo. Entre las mujeres embarazadas recordó a Norma Aquín, a quien conoció en La Cacha como María. Supo más tarde que Norma fue liberada y tuvo a su hijo. También a Elisa Cayul, a quien conoció como Rosita, embarazada de 7 meses. Fue trasladada a punto de dar a luz entre el 18 y 19 de junio de 1978; Don Otto, del Ejército, les dijo más tarde que había dado a luz un varón.
También mencionó a Laura Carlotto, Rita. Tanto Elisa como Laura estaban allí desde fines de 1977. Supo que Laura había sido secuestrada con su pareja, a quien llamaba Chiquito. Debía tener su hijo para fines de junio de 1978. Villa, quien parecía pertenecer al Ejército, le había dicho que la someterían a un Consejo de Guerra y que sería trasladada a una granja de recuperación con su hijo o que se lo entregarían a su madre. María Laura pudo hablar con ella después del parto; fue llevada a un edificio, tuvo a su hijo, permaneció poco tiempo con él y fue llevada nuevamente a La Cacha. Eduardo había comprado el ajuar para el niño de color blanco; decía que su mujer lo había acompañado.
María Laura fue liberada el 22 de agosto, después de permanecer tres meses desaparecida. Los delitos cometidos en perjuicio de María Laura no son tratados en este juicio.

Luego declaró Ángel Mario Miretta, abogado en 1977 de María Mercedes Hourquebie de Francese.
Refirió que la nieta de María Mercedes, Marta Bettini, se encontraba exiliada en España. Para enviarle dinero, María Mercedes quería vender una propiedad que la familia poseía en Mar del Plata. Para esa operación era necesaria la firma de dos miembros de la sociedad Hourquebie Francese que figuraba como propietaria.
Fue así que María Mercedes pensaba suscribir la venta con su yerno, Armando Antonucci, quien además era su apoderado y administrador de sus campos, además de ejercer la vicepresidencia del Banco de Crédito Platense.
Entonces le pidió a Ángel que se contactara con Antonucci para realizar la operación. El testigo recordó que para ello fue un día de semana a verlo al banco y comunicarle lo que María Mercedes le había dicho. Antonucci se mostró de acuerdo.
Al día siguiente, para su sorpresa, se realizó una especie de allanamiento en su estudio jurídico. Las personas que se presentaron además lo buscaban a él. Ángel se encontraba almorzando y una vez que se enteró del operativo, regresó a su casa en Buenos Aires y poco después se exilió.
Más tarde se enteró de que el mismo día María Mercedes Hourquebie había sido secuestrada. También más adelante supo por medio del escribano Borrazás, allegado a la familia Bettini, que Antonucci habría efectuado una denuncia ante Camps, lo que habría desencadenado los secuestros.

En cuarto lugar, declaró Carlos María Roesler. Fue secuestrado el 24 de marzo de 1977 y llevado a La Cacha. Más tarde supo que su esposa, Viviana Rodríguez, y su hijo de 7 meses también habían sido llevados allí. Permaneció en el lugar encapuchado y esposado.
Recordó las características del lugar y la distribución de las personas secuestradas en el edificio. Mencionó una especie de inspección que realizaron personas vestidas con uniformes militares y de la Policía de la Provincia de Buenos Aires.
Entre las personas secuestradas mencionó a Oscar Molino, Héctor Irastorza, Daniel Crescimbeni, Jorge Galmes.
Entre los guardias mencionó a Ricardo, Pablo y un hombre que parecía conocerlo a él y a su esposa y con quien pudieron hablar.
Después de 8 o 9 días fue liberado.
Mucho tiempo después se encontró cara a cara con quien había hablado en La Cacha; se trataba de Roberto Armenault, un veterinario con quien había trabajado en un frigorífico.

La última declaración de la jornada fue la de Viviana Nilia Rodríguez, secuestrada el 24 de marzo de 1977; mucho tiempo después supo que fue llevada a La Cacha. Allí fue atada, separada de su hijo. En ese lugar le pidieron la dirección de algún familiar para entregar al niño.
Entre los guardias mencionó a Pablo, El Francés y una persona que la conocía. Fue interrogada y permaneció en el lugar más de una semana.
Una noche fue llevada en auto hasta la esquina de la casa de un tío; allí fue liberada con su marido. Entonces se reencontró con su hijo.
Viviana indicó que después de ser liberados un hombre joven, rubio, con un auto, permaneció vigilando la puerta de su casa durante un tiempo.
Los delitos cometidos en perjuicio de Carlos María, Viviana Nilia y su hijo Pablo no son tratados en este juicio.

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