El miércoles 26 de marzo de 2014 se escucharon las
declaraciones de seis hermanos de Stella Maris Bojorge: Claudia Daniela, María Elena,
Fernando Marcelo, María Alejandra, Arturo Carlos y Elizabeth
Patricia Bojorge.
Claudia Daniela Bojorge
María Elena Bojorge
Fernando Marcelo Bojorge
María Alejandra Bojorge
Arturo Carlos Bojorge
Elizabeth Patricia Bojorge
Los Bojorge son una familia de Mercedes, Provincia de
Buenos Aires. Stella Maris era la segunda hija. Los hermanos de Stella
recordaron que el 1° de julio de 1977 se encontraban reunidos en la casa de la
familia, aguardando para festejar al día siguiente el primer cumpleaños de una
sobrinita.
Hacia el fin de la tarde recibieron un llamado, en el
que un hombre que se identificó como Carlos González preguntaba por Stella
Maris para tomar un café. Una vez que Stella atendió el llamado, cortó
inmediatamente. Sus hermanas no saben por qué.
Stella estudiaba Medicina en la Universidad Nacional
de La Plata y
militaba en la
Juventud Peronista. Estaba más relacionada por su militancia
con un grupo de estudiantes de Agronomía.
Esa misma noche, cerca de las 23, tocaron el timbre.
Como esperaban a más familiares por el festejo, no les resultó extraño.
Adriana, una de las hermanas, atendió la puerta. Tres hombres armados, con la
cara cubierta, irrumpieron en la casa. Adriana fue encerrada en el baño y
golpeada, a pesar de sus convulsiones. Ataron al resto de la familia y en el dormitorio
interrogaron a Stella por Carlos Alberto Weber, conocido familiarmente como
Pepe. Después de esto, se la llevaron.
En las distintas declaraciones se refirieron al
cambio que sufrió la familia desde entonces. Los padres se abocaron a la
averiguación del paradero de Stella desde la misma noche de su secuestro sin
obtener respuestas. Sus contactos con personal de las fuerzas armadas no
sirvieron.
Años más tarde pensarían que tal vez Justo Jacobo
Rojas Alcorta, Jefe del Regimiento 6 de Mercedes, sabía de antemano sobre el
operativo y habría sacado información sobre la familia usando a su pequeña hija
como señuelo.
Refirieron también a la angustia y temor de las
noches posteriores, el silencio que se instaló en las relaciones con sus
vecinos.
Un episodio que todos recordaron con mucho dolor fue
la propuesta que le hicieron al padre de Stella: dejarían libre a su hija si él
entregaba a su yerno Guillermo Cánepa, marido de Elizabeth Patricia y
estudiante de la Facultad
de Veterinaria de la
Universidad Nacional de La Plata.
Supieron además que una persona con rasgos
orientales, Pedro Iga o Ega, estaba vigilando su casa así como la de la familia
Cánepa. Este hombre estaba vinculado al Regimiento 6 de Inteligencia, era de
Mercedes y no ocultaba su labor.
El 31 de agosto de 1977, por la madrugada,
secuestraron al padre de Stella. Fue liberado por la tarde; lo habían
interrogado bajo tortura para averiguar el paradero de su cuñado. Sus hijos
refirieron conmovidos el estado en el que su padre regresó ese día, completamente
golpeado al punto de no poder reconocerlo. Su padre además perdió la audición
en un oído por la tortura. Horas antes habían secuestrado a la madre y hermana
de Guillermo Cánepa, Guillermina de Cánepa y Valeria Patricia María Cánepa.
Siguieron a esto años de gestiones infructuosas, de
dolor por la desaparición de Stella y el no poder encontrarla, años de tensión
y frustración y el sentimiento de inseguridad hasta el presente. Además de
entrevistarse con Marta Videla, hermana del dictador, apelaron al Coronel
Sullivan; hicieron denuncias en el Ministerio del Interior; se inició una causa
en el Juzgado de Mercedes en la que intervino el juez Carlos Oliva. También
hablaron con José María Tisi Baña. Pidieron audiencia a Orlando Agosti, a Raúl
Primatesta, quien respondió que no podía hacer nada; destacaron además que la
iglesia les dio la espalda. Al volver la democracia, denunciaron el caso en la CONADEP. A través del
informe de CLAMOR publicado en 1984 en el Diario La Voz supieron que Stella había
sido vista por liberados de La Cacha.
Mucho tiempo después, en el año 2006 comenzaron a
investigar para reconstruir la suerte de Stella desde su secuestro. Declararon
entonces en el Juicio por la
Verdad.
También indagaron en la documentación de la DIPBBA , las publicaciones
de la Asociación
de Ex Detenidos Desaparecidos, la Asamblea Permanente
por los Derechos Humanos y entraron en contacto con liberados que vieron a su
hermana, Raúl Guillermo Elizalde, Héctor Javier Quinterno y Silvia Bucci.
Pudieron descubrir que gran parte del grupo de
agronomía en el que militaba Stella fue secuestrado y llevado a La Cacha ;
entre ellos estarían Daniel Crescimbeni, Jorge Enrique Pérez Catán, Jorge Oscar
Galmes, Ignacio Manuel Cisneros, Stella Maris Giourgas, Carlos Alberto Weber.
Supieron que su hermana permaneció en la Planta Baja , sometida
a torturas y maltratos y tenía poca comunicación con el resto de los
secuestrados. También José Luis Barla les contó sobre su cautiverio, ya que
permaneció a su lado. Un testimonio fundamental para ellos fue el de Ernesto Carlos Otahal, secuestrado en La Cacha entre el 18
de agosto de 1977 y el 23 de septiembre, liberado junto a Juan Carlos
Bongiorno. Él indicó que hubo un traslado grande el 22 de septiembre;
aproximadamente 12 personas fueron sacadas de La Cacha ,
entre ellas Stella.
Los hermanos evocaron además en la audiencia los
pormenores de toda la búsqueda, el rastreo de las personas liberadas, las
entrevistas que mantuvieron con cada uno y sus impresiones personales.
Se entrevistaron también con Alejandro Incháurregui y
Adelina de Alaye para seguir la pista de la inhumación de Stella. Descubrieron
que para la fecha del 22 de septiembre se encontraban 8 cuerpos enterrados en
el Cementario de La Plata
como NN, 4 hombres y 4 mujeres. Investigaron las direcciones en donde
supuestamente habían sido asesinados, fueron al lugar, consiguieron la
documentación de cada enterramiento e hicieron las gestiones necesarias para
pedir la exhumación de los ocho cuerpos.
En marzo de 2008 el EAAF entregó los restos de
Stella, identificados un mes antes. Sus restos fueron encontrados con la ropa
con la que la habían secuestrado, enterrados sin cajón. Se encontraron más de
nueve balas en sus restos.
Este caso se suma a las denuncias ya efectuadas sobre
los médicos que avalaron la desaparición de personas al mentir y ocultar
información. En esta oportunidad se mencionó a Ciafardo, De Tomas, Carlos Pío
Crossa.
Recordaron todos a su hermana Stella como una persona
especial, virtuosa, solidaria, muy querida.
Los delitos cometidos en perjuicio del padre de
Stella no fueron juzgados. Todos los hermanos pidieron una condena que muestre
que no se puede vivir impunemente y que el asesinato de su hermana sea
reconocido, que consideren las palabras de todos los familiares.
Recordaron que muchos otros no tuvieron la suerte de
llegar a probar tan acabadamente el homicidio y las complicidades que hicieron
posible la desaparición y destacaron lo colectivo de la tarea de investigación,
que llevaron adelante con una minuciosidad asombrosa.
Con los testimonios de los hermanos Bojorge, ya se
han escuchado más de 50 declaraciones testimoniales, cerca de un tercio de las
declaraciones programadas.
Para el viernes la audiencia fue convocada a las
10.00 hs. Se prevé la declaración de Marta Bettini, Ricardo Herrera, Julio
Cedola, Laura Gerenschtein y Bernarda Luna.
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