La
audiencia del viernes 7 de febrero estuvo dedicada a las indagatorias que
quedaban pendientes; nueve de los imputados se negaron a declarar.
En
primer lugar, Emilio Alberto Herrero
Anzorena, hoy retirado del ejército y ex productor de seguros, en el año
1977 miembro de inteligencia del ejército, se abstuvo de declarar por el
momento por consejo de su defensor.
Emilio Alberto Herrero Anzorena
En
segundo lugar, el correntino Carlos
María Romero Pavón, también de inteligencia del ejército, indicó que en
otro momento hará uso de su derecho.
Carlos María Romero Pavón en la primera audiencia
A
continuación fue el turno de Gustavo
Adolfo Cacivio, quien fue identificado por los sobrevivientes de La Cacha como El Francés. El ex agente de inteligencia del ejército también se
negó a declarar por sugerencia de sus defensores.
Gustavo Adolfo Cacivio
En
cuarto lugar, Raúl Ricardo Espinoza
se negó a declarar. Aprovechó para solicitar al tribunal la prisión
domiciliaria, ya que querría acompañar a sus ancianos padres y estar con su
familia.
Raúl Ricardo Espinoza
Luego
se presentó ante el tribunal Héctor Raúl
Acuña, uno de los dos miembros del Servicio Penitenciario de la Provincia
de Buenos Aires que son juzgados aquí. Señaló que declarará cuando lo considere
necesario.
Héctor Raúl Acuña
Luis Orlando Perea subió
al estrado en quinto lugar. Si bien no declaró, quiso aclarar que no fue
oficial del ejército sino suboficial.
Luis Orlando Perea en la tercera audiencia
A
continuación Roberto Armando Balmaceda,
ex miembro de inteligencia del ejército, también se negó a declarar.
Roberto Armando Balmaceda en la primera audiencia
Rufino Batalla, quien en el año 1977
se desempeñó como personal civil de inteligencia del ejército, también se negó
a declarar en esta oportunidad e indicó que más adelante lo hará.
Rufino Batalla en la segunda audiencia
A
continuación, Isaac Crespín Miranda,
el otro miembro del Servicio Penitenciario de la Provincia de Buenos Aires
juzgado aquí, no declaró por sugerencia de sus representantes.
Isaac Crespín Miranda en la primera audiencia
Finalmente,
declaró Anselmo Pedro Palavezzati.
Después de la lectura de las imputaciones que se le hacen y de cierto
desacuerdo entre los defensores y el tribunal sobre lo que se puede hacer o no
en la etapa de las indagatorias, el imputado pasó a explicar detalladamente
cuál era el lugar que ocupaba la Sección Reunión Interior, de la cual fue jefe,
dentro de la estructura del Destacamento de Inteligencia 101. Solicitó que se
leyeran las declaraciones que hizo en la etapa de instrucción. Después de esto
continuó con más explicaciones sobre la organización, función y misión de su
área.
Pedro Anselmo Palavezzati al entrar en la sala de audiencias
Como lo
hiciera en la audiencia anterior el imputado Claudio Grande, destacó el rol que
ocupó la prensa en las tareas de inteligencia. Si bien trató de minimizar esta
relación, quedó claro que no solamente leían los diarios para extraer de ellos
información, sino que además solicitaban la colaboración activa de los medios
gráficos mediante la elaboración de encuestas de opinión pública.
Por
otra parte, mencionó que existía colaboración entre su dependencia y la
Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires. En
este sentido, rememoró una tarea que le fue asignada por la Jefatura II del
Comando del Primer Cuerpo de Ejército: relevar todas las industrias de la
provincia de Buenos Aires y agruparlas de acuerdo a la cantidad de personal que
emplearan, tarea para la que solicitaron ayuda a la DIPBBA, además del
Ministerio de Economía y el de Planeamiento. No sabe cuál era el objetivo de
esto.
También
se explayó sobre otros detalles, como el horario de funcionamiento del
destacamento y la vestimenta del personal y la instrucción sobre cuestiones
psico-sociales.
Descartó
toda vinculación con detenciones, interrogatorios y torturas y el circuito
clandestino de represión; indicó que el Destacamento 101 no fue un pelotón para
perseguir ciudadanos y negó también la relación con el llamado grupo de calle,
es decir, los agentes secretos.
Sus
declaraciones no fueron novedosas: apeló a la obediencia que se guarda en el
ejército en base a la jerarquía, la compartimentación de las tareas y el
desconocimiento de la finalidad que tendrá lo que cada miembro realiza. En este
sentido, las tareas que realizaba se ceñían, según sus dichos, a colaborar
solamente en inteligencia primaria de forma muy sencilla. En un lapsus, dijo
que todo lo que era conflicto armado era de su sección, aclarando a
continuación lo contrario.
Después
de un breve receso, Palavezzati continuó con su declaración, aceptando
preguntas del tribunal. Entonces desarrolló un poco más sus dichos sobre
la relación que existió entre el destacamento de inteligencia, los medios de
prensa gráfica relevantes y las figuras destacadas de los partidos políticos
del momento; se refirió a reuniones periódicas en las que intercambiaban sus
opiniones sobre las medidas del gobierno y su repercusión en la opinión
pública.
Cabe
destacar que la declaración de Palavezzati se vio interrumpida por un corte de
luz total en la sala. No obstante, continuó declarando durante veinte
minutos más aproximadamente. Finalmente, el tribunal decidió suspender la
audiencia y pasar a un cuarto intermedio hasta el miércoles próximo.
Se
espera entonces retomar con esta declaración y pasar luego a la etapa de las testimoniales.
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